Comunicación didáctica e innovación en las aulas universitarias

Artefactos*


La ciencia y la tecnología han tenido siempre un profundo impacto sobre la manera en que los humanos nos percibimos, nos relacionamos, vivimos y comunicamos. Ya en los años 90 del siglo XX se anunciaban maravillas tecnológicas para el s. XXI y ya iniciando la segunda década de ese siglo estamos viendo en el mercado una cada vez mayor cantidad de artefactos, algunos de los cuales encuentran como única limitación para su aplicación la habilidad o la imaginación del usuario.

La resistencia humana resulta también un factor limitante en la aplicación de tecnología existente y disponible.  No es el tema de nuestra conversación el día de hoy, pero hay quien se rehusa de manera consciente, por convicción o incluso por "principios" a usar tecnologías como la computadora por sus efectos "deshumanizantes" sin explicar o simplemente decidiendo negar el hecho de que la historia de la humanidad se encuentra ligada directamente al desarrollo y avance, o no, de la ciencia y tecnología. 

Voy a hacer una afirmación radical que espero estimule nuestro intercambio de ideas en esta mesa: el día de hoy, en nuestros salones de clase, al no poner a disposición y promover activamente el desarrollo de una diversidad de competencias y habilidades tecnológicas mínimas, a un estándar a un de competencia internacional, resulta una acto de irresponsabilidad u omisión por parte tanto de la institución como por parte del profesor.  Dificultar el día de hoy el uso de las tecnologías de la información y comunicación en el salón de clase, así como la promoción de la utilización de datos, información, video y audio como parte de la curricula e intercambios e interacción a distancia entre actores educativos, equivale a limitar la formación académica de nuestros estudiantes.

Existen el día de hoy una serie de requerimientos en el manejo de ciertas tecnologías y protocolos que se encuentran enmarcadas dentro de estándares académicos internacionales.  Por supuesto de el uso de la computadora y la paquetería correspondiente a las cuatro o cinco funciones indispensables: el procesador de palabras (word), la hoja de calculo (excell), la base de datos (access), el software de presentación (Power point) y una herramienta de control de virus y reparación de disco (norton). En cualquier institución de educación superior a la que acudamos en este planeta el día de hoy, la competencia en el uso de los protocolos y herramientas señaladas son reconocidas como habilidades básicas de desempeño.  No tenerlas coloca tanto al estudiante como al profesor en desventaja frente a aquellos que sí demuestran esas competencias y habilidades, disminuyendo el valor de 'empleabilidad' de un egresado de una institución de educación superior, más grave aún que no manejar una segunda lengua, sea nacional o extranjera.

Quiero acercarme nuevamente al punto de los 'artefactos' en el salón de clase. La ciencia y la tecnología nos llevan continuamente al descubrimiento de nuevos mundos impulsados muchas veces por un imaginario utópico que nos pinta un futuro a veces esperanzador, en el que el cambio tecnológico es sinónimo de desarrollo social, muchas veces sólo para unos cuantos.

Por mas de 200 años, la ciencia y las tecnologías han sido impulsadas por un imaginario utópico y basta la lectura de Julio Verne, H.G. Wells o Edgar Rice Burroughs para entender a la ciencia ficción, a diferencia de la fantasía, como la literatura de lo posible o incluso, de lo que probablemente podría pasar a partir del imaginario utópico.

Entre la ciencia y la ciencia ficción existe un terreno nebuloso, donde la ciencia ficción constituye un espacio imaginario en el que se extrapolan futuros tecnológicos.  Son contextos ideales resultantes de un pensamiento especulativo que explora las posibles relaciones existentes entre el presente resultado del pasado y el futuro sustentado en el presente.

El punto es que los cambios tecnológicos existen primero como ficciones experimentales precedidos por saltos a veces alucinantes de la imaginación que pueden producirse sólo cuando la imaginación misma está abierta y dispuesta tanto para la ilusión visionaria como a la razón.

El conocimiento científico que resulta en tecnología y artefactos sigue siendo un sistema de creencias y las distintas perspectivas de la ciencia parten de estructuras mentales, de ideologías que organizan al mundo en una serie de ficciones creíbles.

Sin duda, las nuevas tecnologías aplicadas al salón nos permiten vislumbrar una nueva escuela para la segunda mitad del s. XXI, la pregunta es: ¿qué clase de escuela estamos vislumbrando?

La disposición de la generalidad de los salones de clase en las escuelas públicas de México había cambiado muy poco a lo largo de las últimas seis o siete décadas y sólo recientemente comienzan a verse nuevos artefactos en el aula.  Sin embargo, en algunas regiones los estudiantes se consideran afortunados si cuentan con tecnologías básicas como son el pizarrón, el gis, borrador y libros de texto. No digamos computadoras, paquetería e Internet. A pesar de ello, durante los últimos 20 años se ha visto un incremento casi exponencial en el acceso a diferentes modalidades de nuevas tecnologías en la educación que van mas allá del aula urbana y penetrando los campos de la formación de profesores y la educación no sólo a distancia sino también presencial.

Habrá, por ejemplo, muchas preguntas respecto del futuro de las instituciones de educación superior en el contexto de la "virtualidad" y la cultura digital. Si antes nos preguntábamos hacia dónde iba el debate "cara a cara" frente a la virtualidad, hoy nos preguntamos algunos si el debate siquiera existe.  Puede no haber oposición alguna entre la presencialidad y la virtualidad.  Lo que es más, el salón de clase cara-a-cara se beneficia y complementa con el uso de estrategias de soporte en Internet enmarcados por un entorno virtual de aprendizaje (EVA).

Surgen una serie de preguntas que en esta presentación quedan abiertas para el auditorio:

¿De qué manera están respondiendo el sistema educativo, las instituciones de educación superior y los docentes a las tecnologías de información y comunicación en el salón de clase?

¿Cómo podemos diseñar, utilizar y tomar ventaja, así como mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en un entorno virtual de aprendizaje?

¿Es posible incorporar los blogs y los tweets a las exigencias de la actividad académica o será que por el simple hecho de intentarlo se desvirtúa el sentido mismo de los blogs y tweets, o de la actividad académica?

En una época actual de transiciones económicas, políticas, sociales y de paradigmas diversos estamos viendo cómo las NTIC y los EVA se van incorporando al contexto de lo "tradicional" en que las nuevas tecnologías ya no resultan tan "nuevas".  La experiencia para muchos ha mostrado con claridad que las tecnologías por sí mismas han tenido poco impacto escalable o sustentable sobre el aprendizaje en el salón de clases o sobre las instituciones mismas más allá de "modernizar" y automatizar algunos procesos, principalmente administrativos o de gestión escolar.

Desde diferentes perspectivas es posible considerar que la tecnología puede introducir cambios en el sistema de "entrega" de los servicios educativos, pero con un bajo impacto sobre la naturaleza de la organización o los resultados de la misma.  Resulta importante entender que la introducción de tecnología al salón de clase no se trata de la suma de artefactos, se trata de preguntarse si el imaginario de un paradigma educativo incorpora artefactos mediante la práctica mecánica de una novedosa herramienta o si constituye un cambio conceptual más profundo que trastoca el paradigma educativo mismo.
    
 
Recomiendo la lectura de:

Valdes y Capote; Jorge Alsina, De la Utopia a...¿Dónde Reflexiones para el Educacion en Mexico, siglo XXI. En Pensar el Futuro de Mexico, Coleccion conmemorativa de las revoluciones centenarias. Tomo VI, La Educación de los Mexicanos: el sistema. Educación nacional ante el s. XXI.



Notas
* Ponencia presentada en el III Simposium internacional de didáctica universitaria, Santiago de Querétaro, Querétaro, México. Octubre 14, 2011.

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