Conclusiones


Lo que éste documento presenta no son más que algunas ideas preliminares que requerirán concretarse en un Programa de Desarrollo Institucional 2012-2016 y que por ahora sólo tratan de apuntar hacia el hecho de que contamos con una creciente, pero aun insuficiente, cultura de planeación pero que mediante el fortalecimiento de iniciativas, ejercicios y seguimiento podremos continuar desarrollando buenas prácticas de gestión, toma de decisión y ejecución y seguimiento de acuerdos de Dirección y Consejos.
Existe demanda de nuestros egresados de licenciaturas, todas acreditadas, y de nuestros posgrados de calidad. También de calidad son la inmensa mayoría de los más de 450 profesores y técnico académicos titulares, asociados, asistentes y tiempos parciales que integran una comunidad académica cada vez más compleja con andamiaje administrativo y organizacional también de creciente complejidad.
Mucho de lo que hacemos es motivo de orgullo (que tenemos) y difusión (que necesitamos). Mientras que nuestro potencial como universidad, pero sobre todo para nosotros como División, muestra como límites nuestra imaginación, creatividad, compromiso y el presupuesto que nos proporciona la Nación y los recursos que seamos capaces de obtener por nosotros mismos mediante servicios profesionales y consultoría a sectores, sobre todo sociales y públicos.
Debemos revalorar las gestiones de la Dirección, pero también de todos los niveles de gestión universitaria desde las Jefaturas de Departamento, Jefaturas de Área, Coordinaciones de licenciaturas y posgrados, Coordinaciones de módulo y Comisiones y más, hasta tener claridad de criterios y procedimientos en cada uno de los procedimientos institucionales.
Lograr los equilibrios es importante. No es posible abandonar la docencia por la investigación. No es posible abandonar la licenciatura por el posgrado; no es aceptable que los grupos continúen creciendo por arriba de 30 y más alumnos en salones pequeños. Debemos rediscutir los instrumentos de evaluación de los profesores y el destino y uso de la información incluida en nuestros informes. Tenemos mecanismos de comunicación deficientes al interior de la División en la que existen rivalidades entre grupos, algunos históricos. Todos y cada uno de esos puntos merecen atención y se atienden unos antes que otros en el andar de las carretas por los caminos empedrados de la institución.
Los cerca de 4,800 estudiantes de licenciatura y 400 de posgrado de la División encontrarán una Dirección siempre dispuesta al diálogo en un marco de respeto institucional y solidaridad bajo el entendido que son la razón de ser de la institución y que merecen la universidad de calidad que la sociedad y el país demandan. Pero también bajo el entendido de que sus profesores y autoridades realizan un trabajo profesional reconocido por sus pares integrados en Comisiones de Dictaminadores que evalúan la experiencia y calidad de los docentes. No está por demás recordar que arriba del 30% de ellos, distribuidos en los 4 departamentos de la División cuentan con reconocimiento por parte del Sistema Nacional de Investigadores (9 de ellos con nivel 3).
Cuento en el desempeño de más de 30 años de actividades académicas profesionales con la trayectoria, la experiencia, el reconocimiento y el compromiso para asumir la Dirección de la División de Ciencias Sociales y Humanidades 2011-2015. Espero contar ahora con la oportunidad de poner en práctica esa experiencia y concretar algunas de esas ideas para el desarrollo de nuestra División y de nuestra universidad.
M.Ed. Jorge Alsina Valdés y Capote
Unidad Xochimilco a 4 de mayo del 2011

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